jueves, 22 de mayo de 2008

El secreto de la felicidad


Cierto mercader envió a su hijo para aprender el secreto de la felicidad con el mas sabio
de todos los hombres. El joven anduvo por 40 dias por el desierto hasta llegar a un hermoso castillo,
en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio q buscaba.
Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, el joven encontró en al sala una actividad
inmensa; mercaderes q entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta
q tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los mas deliciosos manjares de aquella región del mundo.
El sabio escucho atentamente el motivo de su visita, pero le dijo q en ese momento no tenia tiempo para
explicarle el secreto de la felicidad. Le sugirió q anduviese por su palacio y volviera dos horas mas tarde.
-Pero quiero pedirte un favor- completo el sabio, entregándole una cucharita de té dejándole caer dos gotitas
de aceite. Mientras estés caminando, llévate esta cucharita cuidando q el aceite no se derrame.
El joven empezó a subir y bajar las escalas del palacio, manteniendo siempre la mirada fija en la cuchara.
Pasadas las dos horas retorno en la presencia del sabio.
-Que tal?- le pregunto el sabio. viste los tapices persas que hay en mi comedor? viste el jardín que diseñó
el maestro de los jardineros y q demoró diez años en crear? y los bellos pergaminos de mi biblioteca?
El joven, avergonzado, confeso q no había visto nada. Su única preocupación fue no derramar las gotas de aceite
q el sabio le había confiado.
-Pues entonces ve y conoce las maravillas de mi mundo- dijo el sabio. No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa.
Ya mas tranquilo, el joven, cogió nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez miró con atención todas las
obras y diseños de los techos y las paredes, Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero
con que cada obra de arte estaba en su lugar. De regreso a la presencia del sabio, le relató detalladamente todo lo q había visto.
-¿pero donde están las dos gotas de aceite q te confié?- preguntó el sabio.
El joven miró la cuchara y se percató q las había derramado.
-Pues este es el único consejo q te puedo dar- Le dijo mas sabio de todos los sabios.
El secreto de la felicidad esta en mirar todas las maravillas del mundo
pero nunca olvidarse de las dos gotas de aceite en la cuchara.


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