jueves, 3 de abril de 2008

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Mi piel pegada a mis huesos cual tizón estaban roídos, comiendo cenizas a modo de pan solo en lo profundo del mar nadando entre tinieblas,
solo y desorientado como pelicano en el desierto, solo, como pájaro en el tejado entre delirios de necedades.
Mis ojos estaban sellados por lo cual nunca habían probado la luz, mi bebida agria producto de lagrimeas de desesperación,
mi carne ya en putrefacción, repudiable era en gran manera a la vista era yo, inimaginable era mi condición.. destinado a estar alejado de la Luz en una muerte horrorosamente terrible y eterna estando por siempre fuera de la presencia del Amor.
Por q de dia me invadía la desesperanza y por las noches me rodeaban desesperadamente las sombras,
la oscuridad era en mi como yo de ella por q nací caído por naturaleza mi mente e inteligencia pensaba de continuo en el mal..

Mas tu oh Señor me has arrastrado de tal condición habiendo descendido desde tu pureza perfecta e inquebrantable, hasta las muchas aguas
en el mar de las sombras y necedades donde yo me encontraba para llevarme a tu presencia.. oh Señor..
cual era mi condición y tu Señor me diste tu Amor derramando tu propia vida por mi justificación y mi ojos q nacieron sellados nacieron
de nuevo y vieron tu luz, porq tu rostro se a vuelto a mi camino y ahora eres tu quien guia mis pasos y pensamientos,
tu me proteges Señor de tu nariz sube humo y tus ojos lanzan rayos q destruyen a mi enemigo por
q eres temible en gran manera y tu furia enciende y enrojece los carbones y rocas de esta tierra
y el cielo se enciende en fuego con tu mirada,
mas grande son tus misericordias o Señor y tu Amor prevalecerá para siempre,
ahora tu eres mi pan y bebida grata a mi paladar por q tu sabor es mas dulce q la miel y sacias mi hambre de una vez y para siempre
renovando todo mi ser, por q morada has venido a ser en mi, y ahora puedo decir q yo soy en ti como tu eres en Dios por medio del Espíritu Santo por q en ti están todas las cosas reunidas y todo lo tengo en en Señor y aun q vengan olas de bronce del mar en la roca estaré seguro.
=P



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LA IMPORTANCIA DE

CONOCER A CRISTO

Cualquiera que haya comenzado a conocer a Cristo, sabe que conocerle no es cosa de poca monta; sabe que, por el contrario, conocerle es algo de supremo valor. Empieza uno a descubrir que se ha embarcado en la más seria aventura, la más sublime, la más bienaventurada, y la más terrible; ¡nos compromete hasta el súmmum de nuestro ser total, y nos lo exige todo! Palidecemos a la simple sombra de Sus pies. Y perdóneme, por favor, el Señor por hablar de “simple sombra", pues hasta el lugar más escondido y recóndito del abismo se estremece de pavor por Su presencia; es la presencia de Su juicio, y nadie puede ignorarla; nadie puede ya más restarle su importancia; allí se ven las cosas desnudas, tal cual eran en la realidad. Pero esto es solamente para aquellos que rechazan Su insondable amor. Su Amor no puede describirse. La altura de Su Amor y la potencia de Su ira son insondables; desde aquí y ahora comienza el hombre a conocerles. Su amor y Su ira están fundidos juntos en la naturaleza de Su santidad. Pero Dios es grande en misericordia y lento para la ira. Glorioso es, pero también terrible, como dijera el salmista. La Pasión de Cristo es sacra; es la pasión por la voluntad del Padre, el celo de Su Nombre; la fidelidad purísima de la Deidad. ¡Conocerle es vida eterna! "Y ésta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3). "Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais" (Juan 8:19). "Y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mt. 11:27).


hermano gino ianfrancesco.




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